Leah del pueblo de Dardin
- ximena hernandez
- 18 ago 2021
- 7 Min. de lectura

Había una vez en el pueblo de Dardin, cuyos habitantes estaba lleno de bondad, siempre se apoyaban entre ellos, eran como una grande familia, en aquel pueblito vivía una muy hermosa jovencita llamada Leah, siempre por las mañanas se levanta muy temprano y se dirige a la plazuela principal, y con un micrófono, les desea un buen día a todos, ella era la luz del pueblito, todos la adoraban.
Un día Leah y Néstor, su mejor amigo, fueron al bosque a buscar flores para el festival de otoño, para incluirlas como parte de la decoración.
- Néstor tenemos que encontrar las más hermosas dalias - ella diciéndolo con tanta alegría - no no, ya se mejor unos crisantemos de color rojo.
- ¿Estás muy emocionada por este festival verdad? - lo dice en un tono burlesco.
- Por dios claro que sí, estoy súper emocionada es el 50 aniversario de este festival.
- Si lose, y más si tú bailaras en él, será la mejor de todos.
- Si y seré la bailarina principal – ella con una sonrisa de oreja a oreja.
Siguieron caminando adentrándose al bosque cada vez más, de pronto los dos ven una anciana a lo que ellos se le acercan de poco a poco.
- Señora que hace aquí, quiere que la ayudemos a regresar a su casa - dice Leah con vos agradable.
- No, vivo muy cerca de aquí mis niños, solo ayúdenme a bajar unas cuantas manzanas.
Leah no la pensó dos veces y se subió al árbol, pero Néstor estaba indispuesto a que ella se subiera, ya que era demasiado alto.
- Espera Leah yo me subo, es muy alto puedes caer.
- Tranquilo Néstor yo puedo no te preocupes.
Ella bajo con una gran cantidad de manzanas para la anciana y se las hecho a la canasta que tenía, la señora al tocar su hombro para darle agradecerle su cara se transformó de una feliz a una triste a lo que ella le dijo.
- Jovencita ten cuidado el día de hoy.
- ¿Qué pasa señora?- pregunta Leah con una poco de miedo al ver la cara de preocupación de la señora.
- No bailes el día de hoy por favor, eres una muchacha increíble pero hay personas que quieres apagar tu luz - dice la señora con un tono alterado y agitado.
- Yo estaré bien, este tranquila, vaya a su casa a descansar se ve cansada. Dice ella preocupada.
- Cuídate jovencita por favor - dice la señora sin más y se va ente los arbustos.
Leah un poco preocupada por lo dicho por la señora, se queda pensado el cómo supo la señora que bailaría ese día, ¿será que la habrá escuchado?, no podía con tanto en su cabeza, iba caminando distraída, tropezaba con los troncos y piedras del suelo.
Después de haber encontrado las dalias hermosas y crisantemos de colores variados, se dirigían hacia la aldea y Néstor un poco preocupado por leah quien seguía con la vista perdida, le pregunta:
- Leah que pasa, desde que nos encontramos con esa anciana te noto distraída, que pasa - dice el con un gesto descontento.
- No escuchaste lo que dijo, me advirtió que no bailara.
- Tranquila es muy vieja y cansada, no le tomes importancia.
- Pero dime quien le dijo que bailaría- dice ella – dijo que me pasara algo, que alguien lo provocara.
- Leah tranquila todo estará bien, pudo habernos escuchado cuando dijiste que serias la protagonista, solo quiso asustarte para qué no te pasara nada y te fueras a casa.
- Pero..._ Néstor la interrumpió diciendo- Leah vas a brillar, serás la mejor, llevas esperando este día desde meses, y yo estaré ahí viéndote brillar.
Ella se quedó tranquila después de lo dicho por Néstor, y sonrió, siguieron caminando hasta la plazuela para dejar las flores y se fueron a su casa para arreglarse para la noche.
Horas después Leah se encontraba bella y con una sonrisa de oreja a oreja, su madre terminando de ponerle los pasadores al molote la voltea a ver y le dice:
- Que hermosa hija, estoy muy orgullosa de ti, llevas meses ensayando y ahora es el día – le dice su madre con un gran gesto de felicidad.
Las dos conmovidas por el momento se abrazaron y lea le dijo que la amaba. Al rato llega Néstor para acompañarla a la plazuela ya que tienen que revisar unas cosas antes de evento, mientras van, su mejor amigo le dice que se ve muy bien y se alegra que este bien después de lo del bosque, al llegar empezaron a organizar las sillas y Néstor empezó a afinar la guitarra ya que el tocaría una canción y empezó a practicar mientras que al lado de él se encontraba Leah recreando los pasos de ballet más difíciles en su danza para que estos les salgan muy bien en el evento.
La noche cayó y empezaría el festival lea se encontraba muy ansiosa, de pronto volvió a su mente esa frase que dijo la anciana del bosque lo cual hizo que se acabara la felicidad y entrara el nervio dentro de ella y caminaba de un lado a otro detrás del telón, a pocos minutos se escuchó.
- Damas y caballeros, niños y niñas, reciban con un fuerte aplauso al grupo de ballet de Dardin que nos vienen a deleitar con su recreación del lago de los cisnes.
Ella antes de salir se concentró y se dijo a ella misma que todo estaría bien y que no podía fallar ya que se tenía confianza a ella misma, salió detrás del telón y de acomodo en su posición, empezó la canción y todo iba de maravilla todos los pasos los realizaba con profesionalidad marcando cada uno de ellos, cuando de pronto en la mitad de la canción, resbaló y cayó del escenario, rápidamente se levantó el doctor Nicolás checándola a lo que recurrió a llamar a la ambulancia pará auxiliarla ya que la caída había provocado un golpe fuerte en la cabeza y en la pierna derecha, a pocos minutos llegaron y la subieron pronto a la ambulancia dirigiéndose al hospital.
Horas después Leah abrió los ojos y pudo ver que se encontraba en la habitación de un hospital y se exalto, su madre rápido fue hacia ella para tranquilizarla.
- Mama que me paso porque estoy aquí – gritaba entre llantos ella.
- Tranquila hija, estamos en el hospital porque te resbalaste en el escenario- su mama decía entre sollozos – y te trajimos rápidamente a urgencias.
Pronto llego el doctor y le dijo.
- Leah despertaste, me alegra.
- Hola doctor que me paso
Ante esa pregunta el doctor voltio a ver a su madre a lo que ella empezó a llorar.
- Díganme que pasa porque lloras mama- dice ella nerviosa- díganme por favor.
- Leah tienes que ser fuerte ante lo que te diré y tomarlo de la mejor manera.
- Que pasa doctor dígame.
- Leah, sufriste una fractura severa en tu pierna derecha y es probable que no vuelvas a bailar
Leah se quedó atónita por lo que acababa de decir el doctor y empezó a llorar descontroladamente no podía creer, su vida era el ballet y ahora no podría bailar, ante esta desgracia Leah se volvió fría, y malhumorada.
Al regresar a su casa ella simplemente no salía de su cuarto, no quería que la visitara nadie y le decía a su madre:
- Esa muchacha alegre ya no existe en esta casa ni en Dardin – lo decía con demasiada rabia a lo que su madre solo la miro con tristeza y salió de su cuarto.
Los días pasaban y el pueblo se encontraba preocupado por ella, ya no salía ni a saludar a los demás, los habitantes sin ese impulso que les daba todos los días y el verla brincotear por doquier, el ambiente se volvió gris, los habitantes se volvieron más malhumorados, el clima de bondad y paz se había desvanecido.
Una noche Leah salió de su casa mientras todos dormían y se dirigió a la fuente que había en la plazuela, mientras estaba ahí ella lloraba.
De pronto se vieron unos destellos de muchos colores y entre los destellos apareció una hermosa hada de vestido azul con unos hermosos ojos color azul y un sedoso cabello rubio.
- Hola Leah, yo soy la hada Geraldine, tu hada madrina.
- Geral… espera, ¿tengo hada madrina? – dijo impresionada.
- Claro que si hermosa, todos tenemos una hada madrina, existimos para cuidar a cada una de las personas del mundo.
- Pues creo que tú no has hecho bien tu cuidado – dijo Leah con rabia – si lo hubieras hecho bien yo no me hubiera fracturado mi pie.
- Espera espera, ¿recuerdas esa anciana en el bosque?
- Si
- Pues esa anciana era yo tratando de advertirte.
- Pero yo tenía que bailar, era la primera vez que sería la bailarina principal – lo dice con tristeza en su cara – y mírame ahora con una pierna fracturada, no volveré a bailar de nuevo.
- Claro que podrás el doc…
- No, ya no podré ve mi pierna con enyesada – dice interrumpiendo al Geraldine.
- Claro que podrás, tienes que intentar Leah, tienes que tener terapia, por favor tienes que tener tolerancia y fuerza, puede que al principio te resulte imposible, pero ten esperanza que lo podrás hacer – dice ella motivándola – se positiva, tienes que hacer que esa muchacha alegre regrese, Dardin te necesita, todo el pueblo cambio, tú eras su motivación para ser amable, te necesitan.
Leah se le vio más animada ante esas palabras y dijo.
- Es cierto, no puedo simplemente cerrarme en mi idea, tengo que intentar y no rendirme.
En eso ella se levantó y se dirigió a su casa.
Al día siguiente, se tuvo que levantar más temprano para llegar a tiempo a la plazuela y hacer lo que le encanta hacer.
- ¡Buenos días a todos! – grito – es hora se les hará tarde, los quiero a todos.
Dijo sin más, de pronto observo a todos en sus ventanas con una sonrisa enorme, mientras ella se dirigía a su casa recibía saludos de todos.
Ese día le dijo a su madre que iría a la clínica para que iniciara con la rehabilitación de su pierna, y en menos de 6 meses, a leah ya se le veía por todo el pueblo bailando por doquier con su amigo Nestor y sonriendo y saludando a todos todos los dias muy temprano, Dardin volvió a la normalidad, y Leah aprendió a ser perseverante y a nunca rendirse.
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